martes, 23 de mayo de 2017
Semblanza de Etchebehere por el Grupo "Lilulí"
Contenido de la solapa delantera del poemario de Guillermo Etchebehere Jornada del Hombre, editado por los Cuadernillos "Lilulí" en 1943. Semblanza que realizaron sus compañeros del grupo. El segundo poemario de Etchebehere, resultó el primero de estos cuadernillos "militantes de prosa y poesía". Lo ilustró uno de sus integrantes, Néstor Mentaberry, quien firmaba "Néstor".
lunes, 22 de mayo de 2017
"La Semilla del Viento" (selección y opinión)
Buenos Aires. 1947.
Edición de autor. Imprenta Ferrari.
Primer Premio de Poesía Municipalidad Ciudad de Buenos Aires 1947.
Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores.
SELECCIÓN DE POEMAS:
MIS ABUELOS VASCOS
Vinieron de muy lejos.
De más allá del mar. De las regiones
donde fueron paridas las montañas.
Vinieron escapando de la piedra,
buscando tierras anchas
con su secreta brújula de sueños.
Ellos necesitaban
una tierra más simple y menos dura
para sembrar la casa.
Tierra limpia de cercos, tierra abierta,
para poder mirar por las ventanas
el lejano horizonte donde nace
desnuda, la esperanza;
y seguir con los ojos,
desde el patio familiar de la calma
el irse silencioso
de todo lo que muere y lo que pasa.
Y llegaron aquí, porque sintieron
que en esta soledad, de leguas verdes
dormían, soterradas, las raíces
del viento que soñaron.
(Puedo verlos con una azada al hombro
tomados de la mano, caminando).
La pampa abrió su antigüedad de hierba
y ellos fueron echando
el tiempo por morir que les quedaba,
la tranquila expansión de los rebaños,
el origen del árbol y del trigo
y el signo de sus huesos
prolongado en el cuerpo de los hijos.
Por ellos soy. Por ellos tengo nombre.
Por ellos siento a veces que otras vidas
me invaden desde el tiempo
y sueltan por las frondas de mi sangre
la lejana presencia de la nieve
cayendo al cuenco de los hondos valles,
y la avidez del viento
arrojando sus hachas torrenciales
contra el pecho blindado de los robles,
y un trino de zampoñas
junto al viejo cantar de los pastores,
y el olor del redil y de hogaza,
y la fresca acidez de los membrillos
que dejan en el arca
el perfumado corazón del huerto
dormido con las sábanas.
Ellos pasaron ya. Ya son apenas
un poco más de tierra.
Pero siguen golpeando en la memoria
con sus puños eternos.
Cuando la muerte les borró en los ojos
el último destello,
era ya un eco vivo y repetido
la sembradura que empezó en un beso.
Sus nombres ya corrían por el río
de las gentes del pueblo.
MI CASA CAMPESINA
(EL NIÑO)
(EL BOYERO)
"La comisión de Cultura de la Municipalidad de Buenos Aires
encargada de distribuir los premios del Concurso Municipal de Literatura de
1947, jurado que como se sabe está integrado por los señores Leopoldo Marechal y
Rafael Gijena Sánchez y el escribano Raúl M. Salinas como presidente, adjudicó los
mismos de esta manera: / El primero en verso a Guillermo Etchebehere por su
libro “La semillla del viento”, colección de poesías que fuera auspiciosamente
acogida por la crítica especializada, que con rara ecuanimidad elogió la
calidad de los trabajos que componían este libro. El segundo premio fue otorgado
a la señorita, Elena Walsh, “Otoño imperdonable”, conjunto de poesías de
indiscutida jerarquía. La autora colabora en la revista “El hogar”. / La
distinción acordada a Guillermo Etchebehere es merecidísima. Es el
reconocimiento a un valor joven en constante mejoramiento, cuya labor ya sido
juzgada en libros anteriores: “Pulso de la tierra”, del año 1940 y “Jornada del
hombre” editado en 1943. Con satisfacción muy honda destacamos hoy este
galardón logrado por nuestro amigo y colaborador honorario y formulamos al
mismo tiempo el sincero deseo de que no sea el último".
Recorte periodístico de origen no detectado. Puede servir la
lista de revistas donde Etchebehere colaboraba, casi todas de la década del
´40: “Conducta”, “Argentina libre” –publicación antifascista-, “Laurel” y “El
40”. También podría tratarse de una publicación periódica cañuelense,
como “La Voz de Cañuelas” aparecida de 1947 a 1949 a cargo de Elsa García.
“Etchebehere recoge aquí las experiencias que viven en su
recuerdo, en sus años vividos en su pueblo natal, Cañuelas, trayendo el aliento
profundo de la existencia campesina con un lenguaje de limpia calidad poética y
permanente calor humano”.
De La Vanguardia. Sin firma ni fecha.
“Color, vigor, firme dibujo descriptivo, he aquí lo
representativo de estos poemas. Su fondo humano se expresa a través de cosas
netas. Y este pulso para mirar y expresar con palabras el mundo, señala en el
poeta una voz y clima espiritual inconfundible”.
De La Prensa. Sin firma ni fecha.
“El retorno de todas las cosas en la tierra que siempre
permanece y sobre la cual pasan las generaciones, como lo señala el Eclesiastés
y el poeta lo actualiza, es uno de los sentimientos que predominan en este
bello libro, que comienza con la “presencia” de los abuelos vascos y termina
con la conmemoración de seres que,
desde su siempretierra,
desde los hontanares del silencio
crecidos a la orilla de la pampa,
tal vez estén oyendo
las campanadas de la contramuerte
sonando a sembradura y nacimiento”.
De La Nación. Sin firma ni fecha.
jueves, 4 de mayo de 2017
"Jornada del Hombre" (selección y opinión)
Por Cuadernillos Lilulí (N° 1).
Ilustrado por Néstor.
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Tapa del libro. |
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Solapa con semblanza del autor. |
SELECCIÓN DE POEMAS:
Estética
que transita el poeta con el hombre.
Con
una estrella rota sobre el hombro
ha
comenzado a ser lo acontecido.
Se le
cayó la voz –polvo de sombra-
cuando
la noche se vistió de grillos
y el
aire de temores.
Fue entonces que la voz se le deshizo.
Era
(¡qué
palabra con muerte esta palabra!)
un junco
musical recién nacido;
una
ventana abierta al horizonte;
los
pasos y el camino.
Desde
el fanal celeste de sus ojos
el
niño transcurrido
le
alcanzaba las sílabas desnudas
y el
aliento esencial de los sonidos,
para
que fuera el canto
sencillo
como el hombre,
vital
como la leche y como el trigo.
Él,
que amaba el prodigio del árbol y la lluvia,
y el
profundo secreto del carbón y el granito…
Él,
que amaba el misterio frutal de los carozos
ahora
estará lleno de respuestas y signos.
Sus
manos, sus cabellos
y el
marfil de sus dientes desprendidos,
ya
empiezan a empujar el crecimiento
del
álamo y el lino.
Un
pájaro de niebla picotea
su
derramado corazón de lirio
y el
agua ya le busca las arterias
para
iniciar la eternidad de un río.
Oh, muerto innumerable.
Oh, claro adolescente atardecido.
Caminos
Me dijo el corazón: elige un rumbo
para darle a tu canto;
el aire con su escolta de palomas
o el bosque con la angustia entre sus brazos.
Los senderos del aire son de briznas.
Con el alma de pájaro
llegarás al final, donde se besan
la música del sueño con los astros,
y encontrarás una ciudad de espuma
con torres de milagro.
El camino del bosque es de palabras
y medusas de llanto.
Por él camina el hombre a su destino;
en él cada dolor engendra un árbol.
En los últimos cercos está el pueblo
herido de relámpagos.
Ya disparé mi vos enamorada
por el camino amargo.
Ha perdido la risa, pero lleva
la fe en el hombre dentro de su canto
como lleva en el ímpetu la flecha
el poderoso vendaval del arco.
Fe
En la ciudad del hombre ya no queda
la sonrisa de un pétalo;
ni una tarde cruzada de palomas;
ni la espiral celeste de un recuerdo.
Ya no existe la casa con la madre,
ni la cómoda antigua del abuelo,
ni la mesa de pino, ni el manzano
ni los ojos del perro.
Toda la simple intimidad del hombre
cayó de bruces en el mar de hierro.
Pero la muerte no tendrá en sus venas
el caudal necesario de silencio
para que deje de cantar el río
su siempre nacimiento.
Nunca tendrá relámpagos bastantes
para incendiar el cielo;
ni tanta sombra para tantas albas;
ni el suficiente viento
para arrancar del bosque de los días
la eternidad elemental del pueblo.
En la entraña violenta de la muerte
un fruto de alegría está creciendo.
OPINIONES:
"Con este volumen (1), la editorial "Lilulí" -promisorio esfuerzo de un grupo noblemente inspirado- presenta la segunda entrega de una autor joven -nació en 1917- que ya, con "Pulso de la Tierra" adelantara una voz plena de posibilidades. Pero lo que entonces era un cauteloso tantear de caminos, transitando por las huellas abundantemente señaladas por las sendas rectoras de la poesía de nuestro tiempo, es hoy depuración celosa de la propia voz y, sobre todo, una pareja unidad de estilo y de tono que valora seriamente el volumen".
Periódico La Hora, 06/06/1943.
"Con Jornada del hombre, doce poemas apenas, Etchebehere entró de lleno y sin discusión en la poesía argentina, bien plantado, con neto perfil de su personalidad humana y artística y con toda su voz. Los críticos más exigentes así lo dijeron y, curiosamente, propuestos a señalar el mejor poema que llevaba la entrega, no estuvieron de acuerdo: cada uno eligió el suyo y en definitiva quedó claro que los doce eran excelentes".
Luis Iglesias, en la conferencia ofrecida en la Biblioteca de Cañuelas en 1979, a un año de la muerte del poeta. Luis Fortunato Iglesias (Tristán Suárez, 1915- Buenos Aires, 2010). Maestro, pedagogo y escritor. Autor de una nueva pedagogía enfocada en la escuela básica, que comienza con su libro -varias veces premiado y difundido por toda América- "La escuela rural unitaria". Integrante fundamental del Grupo "Lilulí".
"La lectura cronológica de sus libros depara la sorpresa del soneto Estética con que se abre Jornada del hombre. El tiempo trascurrido entre
el volumen inicial y este cuadernillo, es enorme, si lo consideramos por la
seguridad y robustez de tono adquiridos. El poeta alcanza una conciencia clara
de su destino, que trasciende hacia su tercer libro, acelerando su plenitud.
Ninguna artificiosidad literaria cabe en su posición y su arte sería el de
simplificar las cosas y esclarecer la estrofa con el recuerdo bíblico que
ninguna época desmiente ( ). Si Etchebehere vistiera su poesía de otro ropaje
que no fuera el de la dicción natural, este vivo fluir quedaría desvirtuado y
no llegaría a expresiones cabales en su emoción y justeza".
José González Carbalho para Noticias Gráficas (12/4/50). Ver artículo completo. José González Carbalho (1899-1958): Poeta nacido en Buenos Aires, hijo de emigrantes gallegos. Profesor y periodista.
Publicó en poesía: “Campanas en la tarde” (1922), “Cantados “(1933, Premio
Municipal), entre otros; en prosa “El libro de Angel Luis” (cuentos, 1926), “Vida,
obra y muerte de Federico García Lorca” (1938) y otros; teatro: “Arrabal de
Carriego, Cornamusa”; ensayo: “Idioma y poesía gallega” (1953). Amigo personal
de Federico García Lorca y Pablo Neruda, y otros tantos poetas de su
generación. El chileno le dedicó un poema en su fundamental obra “Canto general”
(1950).
"Pulso de la Tierra" (selección y opinión)
Buenos Aires. 1940.
Edición de autor. Talleres gráficos de Eugenio Ferrero.
SELECCIÓN DE POEMAS:
sobre las nubes viajeras.
Bajo las lágrimas verdes
de un viejo sauce que sueña,
el cansancio de dos bueyes
rumia las horas sedientas.
Los pájaros -los remansos
musicales de la siesta-
llevan el sol en pico
y en las alas madreselvas
para adornar con la noche
el sayal de las estrellas.
Lejos, el cielo se inclina
sobre la sed de la tierra.
Entre dos filas de pinos,
chapoteando en las acequias
y echando al viento sus voces
-celeste tropel de flechas-
corren los niños, soltando
bandadas de risas frescas
y buscando con sus ansias
y con sus hondas despiertas
un blando lecho de plumas
para la muerte de piedra.
Cuando la noche sembraba
silencio azul por las sendas
el más niño de los niños,
la sonrisa más pequeña,
dejó la ronda de juegos
y se fue con las luciérnagas
llevando un trino apagado
por las hondas traicioneras.
Junto a un árbol con el tronco
devorado por las yedras,
hizo un nido de gramillas
para la calandria muerta;
y sobre el vuelo frustrado
de las dos alas sangrientas
puso una amapola blanca
y una caricia de seda.
La luna encontró abrazadas
en un rincón de la huerta,
la tristeza de una muerte
con la infancia de un poeta.
Bernardo Verbitsky para Noticias Gráficas (28/1/1941). Bernardo Verbitsky (Buenos Aires, 1907-1979). Escritor y periodista argentino. Autor de más de veinte libros, entre novelas, ensayos, poesías y cuentos. Es padre del periodista Horacio Verbitsky.
“La influencia del poeta granadino (García Lorca) sobre los modos de Ud. es evidentísima. Sus abundantes imágenes son típicamente lorquianas –y agregaba, después de transcribir algunas figuras. Todo esto podría suscribirlo el poeta asesinado. No creo que quepa mayor elogio”.
Ángel Ossorio, en carta a Etchebehere (citada en conferencia de Luis Iglesias). Ángel Ossorio y Gallardo (Madrid, 1873 - Buenos Aires, 1946). Ensayista, político y jurisconsulto español.
miércoles, 3 de mayo de 2017
Entrevista a Carlos Gorostiza sobre Guillermo Etchebehere
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Parte del Grupo Lilulí: (de izq. a der.) Luis Iglesias, Carlos Gorostiza, Guillermo Etchebehere y Felipe Rossi (foto gentileza de Gorostiza). |