lunes, 5 de junio de 2017

Luis Iglesias y su relación con Etchebehere


Documental sobre el maestro Iglesias que realizó Canal Encuentro.


La relación Luis Iglesias -Guillermo Etchebehere se remonta al albor de la formación de la personalidad de ambos. El documento más extenso y detallado sobre la vida de Guillermo Etchebehere con que contamos hasta el momento, es la conferencia del maestro Iglesias en la Biblioteca Sarmiento el día 15 de junio de 1979, a un año de la muerte de su amigo, “el poeta luminoso”, como lo llamaba.

En una de las dieciocho páginas de la conferencia -originales que guarda la Biblioteca de Cañuelas- recuerda la primera vez que lo conoció:

"Nacido y crecido en Tristán Suárez resultábamos vecinos y, por haber pasado alternativas muy parecidas en la misma época, sin tratarnos y sin saberlo, compartíamos las mismas desazones, contradicciones, laxitudes y rebeldías. Por eso para mí fue impactante leer en la revista "Claridad"(1) -publicación muy difundida que se hacía en Bs. As. para toda América Latina- un poema, "Pueblo natal" que firmaba Guillermo E. Etchebehere, de Cañuelas. Era un grito de protesta, de rebeldía contra el lugar de nacimiento, contra la asfixia que tanto en su pueblo como en el mío como en cualquier pueblo inocente de este mundo, sienten alguna vez los adolescentes. 'Porque eres quieto, demasiado quieto/ porque eres manso, demasiado manso', y esto resultaba todo lo que podía recriminar con sus versos el poeta en franca insurrección. En realidad, él estaba armándose de decisión y coraje, dispuesto a encontrar una oportunidad para romper profundos vínculos y abandonar Cañuelas. A ese, su pueblo natal, al que después durante toda su vida cantaría con reminiscencias y palabras de eterno enamorado".

Dedicatoria de Iglesias en su libro Didáctica de la libre expresión.

El poema en revista Claridad se trata de una publicación de marzo de 1936, cuando Etchebehere tenía dieciocho años e Iglesias veintiuno. Un dato que Iglesias omite en su emotiva conferencia –quizá por modestia-, es que su  libro de creaciones infantiles Viento de estrellas tiene el título inspirado en un poema de Etchebehere, que no será el único de éste dedicado a una escuela rural:


ROMANCE BLANCO

Abrió la escuela sus puertas
-rosa que se abre en el alba-
y como viento de estrellas
en la grupa de mil alas,
corrieron por los caminos
en tropel, las esperanzas.
Se iluminaron las calles
con música de campanas;
los gnomos de los recuerdos
hurgaron dentro del alma
y se encendieron mis ojos
en el brillo de las ansias.
Sentirme de nuevo niño…
Decir otra vez palabras
prisioneras en el eco
sin edad de nuestra infancia…
De pronto trizó mi sueño
el sol de las carcajadas:
por los caminos venían
-aluvión de espuma blanca-
veinte niños –veinte pájaros-
deshilvanando palabras.
Sus risas eran gaviotas
borrachas, en la mañana.
Abrió la escuela sus puertas.
¡Se abrió una rosa en el alba!

(De Pulso de la Tierra).


A partir de 1943 Iglesias y Etchebehere van a formar "la punta sur" del grupo de intelectuales Lilulí, que contaba entre sus miembros a Carlos Gorostiza (director de teatro y escritor, ver entrevista), Floreal Mazía (traductor plurilingüe), Pedro Asquini (actor fundador de "Nuevo Teatro" en los '50), Felipe Rossi (luego director de Radio El Mundo), José Oscar Arverás (poeta y novelista), Alberto Lema (dirigente sindical de Luz y Fuerza), José García Falcó (escritor y periodista, luego secretario de José Ber Gelbard), entre otros, grupo de temible variedad y talento. La primera publicación de la editorial (cuadernillos) Lilulí, es el segundo poemario de Etchebehere Jornada del hombre. A excepción del cañuelense, los demás eran escritores inéditos; Luis Iglesias publica por Lilulí La escuela emotiva (ensayo pedagógico) en 1945. El grupo se desmembra -para decirlo con palabras más suaves de las que ellos utilizaron- por el control que ejerció el peronismo sobre lo que se leía, escribía y representaba en libros y teatros.

Estos "Cuadernillos militantes de prosa y poesía" no fueron, sin duda, hechos de "literatura pura", según dichos de Luis Soler Cañas, uno de los críticos más serios y centrados de la Generación del 40. Las expresiones "nuevos tiempos" o "militante" que acompañaban todos los cuadernillos, hablan de una ubicación temporal y de un rumbo.

(Escrito reformulado de otro de 2010, año de la muerte de Iglesias).


Grupo Lilulí en la escuela rural de Iglesias (Tristán Suárez, 1944). Arriba (los tres del centro) de izq. a der: Felipe Rossi, José Arverás, Guillermo Etchebehere. Al centro, Luis Iglesias (de anteojos), luego siguen Carlos Gorostiza y otros nombres que completan la imagen: Alfredo Herrero y Alberto Lema. (Foto y datos suministrados por Carlos Gorostiza).


“La madre campesina, el padre herrero de minas, ambos gallegos. Él, Luis F. Iglesias, el menor de un puñado de hermanos nació en 1915 en Tristán Suárez, un pequeño pueblo de la provincia de Buenos Aires donde comienzan la pampa y la ganadería”.

(Apunte biográfico escrito por Guillermo Etchebehere, para la primera edición de La escuela rural unitaria).

Obras de Luis Fortunato Iglesias:
-La escuela emotiva - Ensayo pedagógico, 1945.
-Viento de estrellas - Antología de creaciones infantiles, 1950.
-La escuela rural unitaria, 1957.
-Diario de ruta: Los trabajos y los días de un maestro rural, 1963
-Didáctica de la libre expresión, 1979.
-Pedagogía creadora, 1980.
-Aprendizaje vivencial de la lectura y la escritura, 1987.
-Los guiones didácticos: Técnica para la conducción del aprendizaje, 1988.
-Confieso que he enseñado, 2004.



NOTA
(1) Trascendental publicación para intuir el relieve ideológico del Grupo Lilulí. La Revista Claridad (1926-1941) dirigida por Antonio Zamora, difundía obras de literatura del socialismo europeo y latinoamericano (Zamora había sido antes creador de una editorial con el mismo nombre que publicaba clásicos y nuevos autores a precios populares). La revista contó entre sus colaboradores a Leonidas Barletta, César Tiempo, Álvaro Yunque, Baldomero Fernández Moreno, Roberto Arlt, Juan L. Ortiz, y se autodenominó de izquierda desde sus inicios, refugio de quienes militaban entonces en el llamado grupo literario “Boedo”. “Deseamos estar más cerca de las luchas sociales que de las manifestaciones puramente literarias. Creemos de más utilidad para la humanidad del porvenir las luchas sociales que las grescas literarias, sin dejar de reconocer que de una contienda literaria puede también volver a surgir una nueva escuela que interprete las manifestaciones humanas en forma que estén más de acuerdo con la realidad de la época en que vivimos”. (Claridad, Año 1, Nº 1, julio 1926). Espíritu combativo, que en otros pasajes de la revista adquiere rebordes anarquistas: “Lucha contra la iglesia, que es represión y barbarie; lucha contra el Estado, que es el entronizamiento de unos pocos aprovechados; contra el ejército que es refugio de criminales más repugnantes que los que por mil circunstancias adversas se ceban en el primero que pasa. Lucha contra la moral cristiana, porque veinte siglos de cristianismo no han hecho otra cosa que abatir el espíritu del hombre….Lucha, hermano. ¡Si supieras cómo te enaltece la lucha!”. Veamos si la lectura de esta revista influyó en Etchebehere, leamos algo más.