miércoles, 3 de mayo de 2017

Entrevista a Carlos Gorostiza sobre Guillermo Etchebehere

El reconocido escritor y dramaturgo -fallecido el año pasado- resultó, en su momento, fundamental para dar impulso a estas investigaciones. El vínculo de Carlos Gorostiza con Guillermo Etchebehere, a diferencia de lo que se pueda imaginar, fue de mucha mayor importancia para el primero que para el segundo. El resto del grupo de amigos aseguraron que lo estimulaba a escribir y acercaba temas para sus obras. En la entrevista, Gorostiza relaciona su primera publicación en revistas con su amigo Guillermo Etchebehere. A pesar de todo esto, llamativamente omite nombrarlo en sus memorias (El merodeador enmascarado, Seix Barral), que para el momento de la nota llevaban un año publicadas.

Lo que sigue es solo una parte de las grabaciones, que luego fueron completadas además con un audiovisual todavía inédito.

Gorostiza: “Etchebehere era un ser que hoy sería más difícil de encontrar”

Carlos Gorostiza –quizás el escritor de teatro más importante del país en actividad- recibió a La información en su departamento de Palermo, para hablar de su amigo y nuestro poeta, Guillermo Etchebehere. Con efusiones tales “cuántas veces pensé yo en esto…” o “cómo extraño a mis viejos amigos del grupo” nos dejó una nota para el archivo y la memoria de todos.

-Hola Vasco.
-¿Qué hacés vasco?
Ése era nuestro saludo.
Un día lo veo caminando por la calle Florida, y observo que venía abriendo y cerrando la boca.
-¿Qué hacés vasco? le pregunto-.
-Estoy buscando una palabra…
Parte del Grupo Lilulí: (de izq. a der.) Luis Iglesias, Carlos Gorostiza, Guillermo Etchebehere y Felipe Rossi (foto gentileza de Gorostiza).

¿Cuándo y dónde se conocen con Etchebehere?
Nos conocimos en las oficinas de Bunge y Born, los dos trabajábamos ahí, yo tendría 15 o 16 años. Un día nos enteramos que los dos escribíamos poemas. Yo lo admiraba mucho, ya había publicado su primer libro creo; y también le mostraba lo que yo hacía. Al principio viajaba todos los días desde Cañuelas, luego, cuando se viene a vivir a la pensión de la calle Bolívar, empezamos a salir juntos. Íbamos a los cafés, al Tortoni, a un lugar que se llamaba AIPE (Asociación de Intelectuales, Periodistas y Escritores) que era bien de izquierda; salíamos a caminar por Avenida de Mayo…toda una aventura en aquella época.

Se acercan los tiempos del grupo de intelectuales “Lilulí”. Cuéntenos cómo se gesta y las razones que lo movilizaban.
Bueno, en principio había dos vertientes. Estaba la escuela rural de Luis Iglesias, “el maestro” como le dicen, en Tristán Suárez, cerca de Etchebehere, y también amigos de un grupo de Lanús de Federico Golcio. Yo merodeaba el ambiente del Teatro La Máscara, donde me inicié como actor, era mi grupo. Ya conocía a Guillermo pero él no sabía que escribía. Un día se me ocurre mandar un poema al folletín que tenía esta gente de Lanús, él conocía la revista y ahí se entera: “¿cómo, vos también escribís?”. Ésa resultó mi primera publicación. Así, con Guillermo también como puente, el grupo comenzó a reunirse. La conexión con el vasco era tal, que después en el ’49 termina escribiendo los cantos de la obra “Antígona” de Sófocles (1). ¿Qué nos unía en el grupo?, parcialmente la necesidad de la poesía y la literatura, y por otro lado, formando un total, la parte política. No cabía otra alternativa. Ser de izquierda para nosotros y en ese momento, significaba ser camarada de ruta del Partido Comunista, pero ninguno militaba.

Usted que llegó a conocerlo personalmente, ¿qué rasgos de la personalidad de Etchebehere puede exaltar?
Era un entusiasta, en cosas de la cultura él siempre aparecía con su entusiasmo. Era un ser, que hoy pienso yo, sería mucho más difícil de encontrar. Tenía una pureza casi cándida, casi ingenua. Ahora, también era muy fuerte su modo de caminar, de hablar. Una cosa nos diferenciaba; dos cosas mejor dicho: el fútbol, las mujeres…y el tango!; a mí siempre me gustó bailar. Eso me separaba un poco de ellos, ¿ves? Junto con Iglesias escuchaban más música clásica, estaban más intelectualizados.

Atahualpa Yupanqui fue uno de los que se interesó por su obra, ¿usted qué opinión tiene de la misma?
Formalmente no podría decir si su poesía era vieja o nueva, pero tenía…una fuerza verdadera, una gran fuerza, y sobre todo era entrañable. Otra condición que yo considero positiva era su apego a la tierra, estaba enraizado, no era ciudadano a pesar de que venía acá y salía, quería mucho a Cañuelas “bueno, ahora me voy a Cañuelas” decía. La mejor definición de él y su obra sería “un lírico apegado a la tierra”.

¿Cuándo fue la última vez que lo vio?
Fue cuando estaba enfermo y lo habían operado en la clínica Marini. Lo último que tengo de él es la crítica que le escribió a mi primera novela, una página muy linda…todavía la tengo.

El jueves pasado se estrenó con Ana María Picchio y Alejandro Awada nuevamente su obra “El pan de la locura”, y sigue escribiendo. ¿Piensa parar en algún momento?
Estoy tratando de abandonar el atletismo escénico. El director del Teatro San Martín, que me conoce bien, dice “Gorostiza está siempre escribiendo su anteúltima obra” y es verdad. Pero hoy estaba trabajando en “El alma de papá”, que es lo que estoy escribiendo ahora, y no sabés cómo extraño, añoro, la presencia de estos amigos.

Juan Manuel Rizzi


LA INFORMACIÓN de Cañuelas, Nº 15 , semana del 7 al 14 de septiembre de 2005.


NOTA
(1) Gorostiza se refiere a la representación de Antígona dirigida por el extraordinario director italiano Adolfo Celi, donde participaron Gorostiza, Pedro Asquini (también del grupo Lilulí) y nada menos que Alejandra Boero, quien junto a Asquini en 1950 fundaría el grupo Nuevo Teatro. Y por si le faltaran condimentos a la obra presentada en La Máscara, la escenografía estuvo a cargo de un joven arquitecto llamado Clorindo Testa (Ernesto Schoo, La Nación, 10/12/2005). En las memorias de Pedro Asquini -El teatro, ¡qué pasión! (UNL) publicadas luego de su muerte, en el 2003- se recuerdan vivamente las versiones de los coros realizadas por Etchebehere. Dada la calidad de las mismas, el fundador de Nuevo Teatro las siguió utilizando siempre en sus clases particulares. Recordemos que con este director trabajaron actores como Héctor Alterio, Eduardo “Tato” Pavlovsky y Enrique Pinti.

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