El reconocido escritor y dramaturgo -fallecido el año pasado- resultó, en su momento, fundamental para dar impulso a estas investigaciones. El vínculo de Carlos Gorostiza con Guillermo Etchebehere, a diferencia de lo que se pueda imaginar, fue de mucha mayor importancia para el primero que para el segundo. El resto del grupo de amigos aseguraron que lo estimulaba a escribir y acercaba temas para sus obras. En la entrevista, Gorostiza relaciona su primera publicación en revistas con su amigo Guillermo Etchebehere. A pesar de todo esto, llamativamente omite nombrarlo en sus memorias (El merodeador enmascarado, Seix Barral), que para el momento de la nota llevaban un año publicadas.
Lo que sigue es solo una parte de las grabaciones, que luego fueron completadas además con un audiovisual todavía inédito.
Gorostiza: “Etchebehere era un ser que hoy
sería más difícil de encontrar”
Carlos Gorostiza
–quizás el escritor de teatro más importante del país en actividad- recibió a
La información en su departamento de Palermo, para hablar de su amigo y nuestro
poeta, Guillermo Etchebehere. Con efusiones tales “cuántas veces pensé yo en
esto…” o “cómo extraño a mis viejos amigos del grupo” nos dejó una nota para el
archivo y la memoria de todos.
-Hola Vasco.
-¿Qué hacés vasco?
Ése era
nuestro saludo.
Un día
lo veo caminando por la calle Florida, y observo que venía abriendo y cerrando
la boca.
-¿Qué hacés vasco? le pregunto-.
-Estoy buscando una palabra…
![]() |
Parte del Grupo Lilulí: (de izq. a der.) Luis Iglesias, Carlos Gorostiza, Guillermo Etchebehere y Felipe Rossi (foto gentileza de Gorostiza). |
—¿Cuándo
y dónde se conocen con Etchebehere?
—Nos conocimos en las oficinas de Bunge y
Born, los dos trabajábamos ahí, yo tendría 15 o 16 años. Un día nos enteramos
que los dos escribíamos poemas. Yo lo admiraba mucho, ya había publicado
su primer libro creo; y también le mostraba lo que yo hacía. Al principio viajaba
todos los días desde Cañuelas, luego, cuando se viene a vivir a la pensión de
la calle Bolívar, empezamos a salir juntos. Íbamos a los cafés, al Tortoni, a
un lugar que se llamaba AIPE (Asociación de Intelectuales, Periodistas y Escritores)
que era bien de izquierda; salíamos a caminar por Avenida de Mayo…toda una
aventura en aquella época.
—Se
acercan los tiempos del grupo de intelectuales “Lilulí”. Cuéntenos cómo se
gesta y las razones que lo movilizaban.
—Bueno, en principio había dos vertientes. Estaba la escuela rural de
Luis Iglesias, “el maestro” como le dicen, en Tristán Suárez, cerca de
Etchebehere, y también amigos de un grupo de Lanús de Federico Golcio. Yo
merodeaba el ambiente del Teatro La Máscara, donde me inicié como actor, era mi
grupo. Ya conocía a Guillermo pero él no sabía que escribía. Un día se me
ocurre mandar un poema al folletín que tenía esta gente de Lanús, él conocía la
revista y ahí se entera: “¿cómo, vos también escribís?”. Ésa resultó mi
primera publicación. Así, con Guillermo también como puente, el grupo comenzó a
reunirse. La conexión con el vasco era tal, que después en el ’49 termina
escribiendo los cantos de la obra “Antígona” de Sófocles (1). ¿Qué nos
unía en el grupo?, parcialmente la necesidad de la poesía y la literatura, y
por otro lado, formando un total, la parte política. No cabía otra alternativa.
Ser de izquierda para nosotros y en ese momento, significaba ser camarada de
ruta del Partido Comunista, pero ninguno militaba.
—Usted
que llegó a conocerlo personalmente, ¿qué rasgos de la personalidad de
Etchebehere puede exaltar?
—Era un entusiasta, en cosas de la cultura él
siempre aparecía con su entusiasmo. Era un ser, que hoy pienso yo, sería mucho
más difícil de encontrar. Tenía una pureza casi cándida, casi ingenua. Ahora,
también era muy fuerte su modo de caminar, de hablar. Una cosa nos
diferenciaba; dos cosas mejor dicho: el fútbol, las mujeres…y el tango!; a mí
siempre me gustó bailar. Eso me separaba un poco de ellos, ¿ves? Junto con Iglesias escuchaban más música clásica, estaban más intelectualizados.
—Atahualpa
Yupanqui fue uno de los que se interesó por su obra, ¿usted qué opinión tiene
de la misma?
—Formalmente no podría decir si su poesía era
vieja o nueva, pero tenía…una fuerza verdadera, una gran fuerza, y sobre todo
era entrañable. Otra condición que yo considero positiva era su apego a la
tierra, estaba enraizado, no era ciudadano a pesar de que venía acá y salía,
quería mucho a Cañuelas “bueno, ahora me voy a Cañuelas” decía. La mejor
definición de él y su obra sería “un lírico apegado a la tierra”.
—¿Cuándo
fue la última vez que lo vio?
—Fue cuando estaba enfermo y lo habían operado
en la clínica Marini. Lo último que tengo de él es la crítica que le escribió a
mi primera novela, una página muy linda…todavía la tengo.
—El
jueves pasado se estrenó con Ana María Picchio y Alejandro Awada nuevamente su
obra “El pan de la locura”, y sigue escribiendo. ¿Piensa parar en algún
momento?
—Estoy tratando de abandonar el atletismo escénico.
El director del Teatro San Martín, que me conoce bien, dice “Gorostiza está siempre escribiendo su
anteúltima obra” y es verdad. Pero hoy estaba trabajando en “El alma de
papá”, que es lo que estoy escribiendo ahora, y no sabés cómo extraño, añoro,
la presencia de estos amigos.
Juan Manuel Rizzi
LA INFORMACIÓN de Cañuelas, Nº 15 , semana del 7 al 14 de septiembre de 2005.
NOTA
(1) Gorostiza se refiere a la representación
de Antígona dirigida por el extraordinario director italiano Adolfo Celi,
donde participaron Gorostiza, Pedro Asquini (también del grupo Lilulí) y nada
menos que Alejandra Boero, quien junto a Asquini en 1950 fundaría el grupo Nuevo
Teatro. Y por si le faltaran condimentos a la obra presentada en La Máscara, la escenografía estuvo a
cargo de un joven arquitecto llamado Clorindo Testa (Ernesto Schoo, La Nación, 10/12/2005). En las memorias de Pedro
Asquini -El teatro, ¡qué pasión!
(UNL) publicadas luego de su muerte, en el 2003- se recuerdan vivamente las
versiones de los coros realizadas por Etchebehere. Dada la calidad de las
mismas, el fundador de Nuevo Teatro las siguió utilizando siempre en sus clases
particulares. Recordemos que con este director trabajaron actores como Héctor Alterio,
Eduardo “Tato” Pavlovsky y Enrique Pinti.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario