jueves, 29 de agosto de 2024

Segunda entrevista a Carlos Gorostiza



Entrevista de 2011 al dramaturgo y novelista Carlos Gorostiza (1920-2016). Conocimiento de Etchebehere. Su primera publicación en "Boletín de la Juventud Libre" (Banfield, 1938-1939). Teatro La Máscara. Etchebehere actualiza poéticamente los cantos de Antígona. Escritura de su primera obra teatral "El puente". Personalidad de José Sebastián Tallon. Romain Rolland y el Teatro del Pueblo. José Oscar Arverás. Alberto Lema y Alfredo Herrero. Anécdotas de Etchebehere. La posición ideológica de Lilulí. El peronismo. Su incursión en la publicidad junto a Felipe Rossi y Arverás. Floreal Mazía, un ser excepcional. Anécdota de Mazía con Jorge Abelardo Ramos. Lectura del poema "Sed" de Etchebehere. Última vez que lo vio.

Imagen: Luis Iglesias, Carlos Gorostiza, Guillermo Etchebehere y Felipe Rossi (foto tomada por Gorostiza).

PRIMERA ENTREVISTA REALIZADA EN 2005:

https://guillermoetchebehere.blogspot.com/2017/05/entrevista-carlos-gorostiza-sobre.html?m=0


martes, 25 de junio de 2024

POESÍA COMPLETA





¡SUEÑO CUMPLIDO: LA POESÍA COMPLETA DE GUILLERMO ETCHEBEHERE! 📚💥📣

Publicación en:

https://www.facebook.com/bp.sarmientodecanuelas

La última semana de junio –mes de nacimiento y muerte del autor- nos anunciaron que finalmente se imprimió la POESÍA COMPLETA de GUILLERMO ETCHEBEHERE, poeta nacido en Cañuelas y universalmente valorado.

✅️El libro de 296 páginas realizado por Ediciones del Dock consta de sus cuatro libros editados, doce poemas inéditos y una carta autobiográfica, además de un pormenorizado estudio que abarca su biografía, la crítica de la época y un apéndice bibliográfico con todas sus participaciones en revistas y antologías.

🫱Los gestores Los Uncalitos, el Café Literario Silencio y Voces y la Biblioteca D. F. Sarmiento de Cañuelas agradecen a todos y todas quienes lo hicieron posible con sus aportes.

👉Quienes hayan pagado la totalidad del libro ya lo pueden pasar a retirar por la Biblioteca (Lara y 25 de Mayo); quienes hayan pagado la mitad lo retirarán abonando el faltante.

EL PRECIO ACTUAL DE VENTA ES DE 15.000 PESOS, y también se puede comprar en la Biblioteca.

Horarios de atención: lunes a viernes de 16 a 20, martes y jueves de 9.30 a 12.30 h.

👉Nos comunicaremos con quienes lo hayan comprado desde fuera de Cañuelas. Consultas al WhatssApp 2226 522972.

Desde CABA, por el momento se puede adquirir escribiendo a la página de la editorial http://www.deldock.com.ar/ que hace el envío gratuito dentro de la ciudad.

🙌¡Ya se anunciarán otros puntos de venta, fechas de presentación y la ampliación de la tirada!

VER BIOGRAFÍA DEL AUTOR en la Biblioteca Digital de Autores y Autoras de Cañuelas:

https://canuelas.gob.ar/biblioteca/index.php/etchebehere-guillermo

jueves, 24 de febrero de 2022

Poemas de Etchebehere sobre la guerra (dos inéditos)

POEMAS NO PUBLICADOS EN LIBRO.

Nota crítica

En una presentación de 1964, José Oscar Arverás, la otra voz poética del grupo Lilulí,  decía, refiriéndose a los autores del ’40: “pertenezco fundamentalmente a la generación de la guerra de España”, y habría que agregar, de la Primera Guerra Mundial. Guillermo Etchebehere, el único autor del grupo con obra previa y el primero publicado en los “cuadernillos militantes de prosa y poesía” de Lilulí, fija, desde Pulso de la tierra (1941) un humanismo absorbente y, en cierta forma desublimado, de la “realidad circundante: la guerra, la violencia, el crimen en la insensata puja por el poder político y por el dominio del mundo” (Luis Soler Cañas, “La generación poética del 40”, 1981; cita que incluye a los poetas Arverás, Etchebehere y Ferreyra Basso). Si la extensión material definitiva en Etchebehere es la rural, consolidada en La semilla del viento (1947), verdad es que ese “hombre centro de todas las cosas” señalado por Bernardo Verbitsky para su último libro, anuda a otras experiencias fundamentales: la infancia, la hermandad, la reivindicación de una clase y una especie de armonía universal que provee la muerte y el renacer de todo mediante un ciclo ya vegetal, ya cósmico; este orden se interrumpe, justamente, frente a la tragedia de las cosas, la tragedia simple y natural (no comprender la muerte de un pájaro, por ejemplo), la relativa (el crecimiento del “mar de hierro” de las ciudades) y una que aparece absoluta e irreversible, la guerra, que apaga las vidas, que las duerme definitivamente.

Ya fue sugerido que en los cuadernillos publicados por el grupo Lilulí no cabía un “arte por el arte” o algún otro tipo de purismo estético. De esto se da cuenta en la presentación que se hace de Guillermo Etchebehere en Jornada del hombre (1943), primera manifestación del grupo: “…amaneció con vigoroso impulso, que hubiera sido un estallar de himnos olímpicos en edades de alegría constructiva, exaltación vital y mito. Pero el soplo agresivo que da trágico perfil a nuestra era, rondó la ternura de su infancia, mordió su jugosa adolescencia campesina”. Acá se describen, fundidas, la época y la temprana muerte de su padre que vivió el autor.


La selección

Se publica una selección de poemas donde el tema o las imágenes encauzan la vivencia de la guerra. El último poema, “La muerte que camina mis canciones” podría tratarse de una excepción, pero creemos que, dada la característica del soneto, el primer cuarteto presenta el tema, y lo que sigue es su oposición, la otra vivencia de la muerte que quiere mostrarnos el autor.

El orden de los poemas es presuntamente cronológico. A los no publicados en libro “Niebla” y “Las bombas” (*) los ubicamos entre sus libros Pulso de la tierra y Jornada del hombre, es decir entre 1941 y 1943. Etchebehere empieza a considerar el soneto hacia la aparición de su segundo libro, mientras que el asunto versificado parece pertenecer al primero. No se pudo detectar tampoco el nombre de la publicación donde aparecen. Para esa fecha, Etchebehere colaboraba en “Conducta” (1938-1943), “Argentina libre” (1940-1946), y “Claridad” (1926-1941) de tirada latinoamericana, entre otras revistas de menor circulación.

(*) Recorte copiado del archivo de Luis Iglesias.

 

SANGRE

Un reloj tiró a las calles
doce martillos de nervios.
La ciudad quedó dormida
bajo las sombras del miedo,
mientras la luna lloraba
tras las cortinas del viento.

¡Ay! Como florecen rosas
de sangre, sobre el silencio…

 El alba llegó en el soplo
cantarín de sus cencerros,
y ya los hombres marchaban
-pulso afiebrado del vértigo-
llevando sobre los hombros
oscuras muertes de hierro.

¡Ay! Como florecen rosas
de sangre, por los senderos…

El corazón de los hombres
cayó en las manos del fuego;
las madres gritan su angustia
en las cumbres del tormento,
pero el frescor de las cunas
se retuerce en el incendio.

¡Ay! Como florecen rosas
de sangre, sobre los pechos…

(Pulso de la tierra, 1941)

 

BOMBARDEO

Baila en la plaza la risa
delirante de los niños.
La blanca estrella del canto
-golondrina de rocío-
pone en los labios del viento
ágiles voces de vidrio.
Los pájaros picotean
el corazón de los pinos.

Vibra en el pulso del aire
el trampolín de los ritmos.

Pero se abre entre las nubes
un sendero de rugidos,
y el aullar de las sirenas
-nervio de acero encendido-
echa al tropel de las balas
el aluvión de sus silbos…

La voz levanta su miedo
hasta los topes del grito.

Queda en el suelo la angustia
de los troncos retorcidos,
y junto al despilfarrado
vellón musical de un nido,
unas sonrisas de luna
se han hecho muecas de frío.
Cinco llantos; cinco muertes
de pie sobre cinco niños…

Entre el verdor de unas yedras
hay cinco soles dormidos.

(Pulso de la tierra, 1941).

 

SOLDADITOS DE PLOMO

¡Rataplán, rataplán! ¡Presenten armas!
—Hijo: no juegues con soldados…
—¡Atención! ¡Enemigos! ¡A la carga!
—Hijo: no juegues con soldados…
Pero el niño seguía…
¡Qué ronca era su voz! —¡Presenten armas!
¡Qué fulgor en sus ojos! —¡Enemigos!
Y su mente afiebrada recogía
una visión de sangre…
—¡Bayonetas caladas! ¡Los fusiles! ¡Avancen!

Pero entonces, la madre,
enarboló su desgarrada herida
en el mástil de un grito.
Y al alzar en sus brazos al pequeño,
las palabras nacían trituradas,
ardiendo en un tropel enloquecido
de lágrimas y besos…

(Pulso de la tierra, 1941).

 

NIEBLA

El alba del amor cayó de bruces
en las redes del odio madurado;
en el plomo y la ceniza han engendrado
una neblina universal de cruces.

Ya no hay manos abiertas: cada mano
es un puño de piedra donde anida
el rencor de la tierra anochecida
o el desmayado aliento de un hermano.

Las voces, despobladas de alegría
son retorcidos gritos sin vocales,
nutriéndose en la sangre que se vierte.

Mientras la risa caiga en agonía
hasta los verdes cantos vegetales
romperán su color contra la muerte.

(No publicado en libro).

 

LAS BOMBAS

Danzan truenos de hierro los aviones
contra los muros frágiles del viento;
la muerte siembra su cantar violento
en la tierra vacía de canciones.

El sol baja a la casa arrodillada
y encuentra entre las ruinas la tristeza,
la ingenua intimidad de la pobreza
y el tropel de la angustia desatada.

En un charco de espanto silencioso
la madre duerme el sueño poderoso
del plomo y de la sangre detenida;

el hijo, preso entre los brazos yertos
busca el cauce nutricio de la vida
en la impotencia de los senos muertos.

(No publicado en libro).

 

LA MUERTE QUE CAMINA MIS CANCIONES

La muerte que camina mis canciones
no es la muerte enconada y turbulenta
que enciende pedernales de tormenta
con el torvo clamor de sus legiones.

La muerte que camina mis canciones
es la llovizna persuasiva y lenta,
que en su armoniosa eternidad sustenta
los nombres y las conmemoraciones.

Cuando nombro a la muerte, nombro un río,
la flor de las acacias, el rocío,
la tarde en sombras que se va cantando;

nombro a mi padre con sus pulsos fijos,
la sangre ardiente que me está cruzando,
y la sonrisa que tendrán mis hijos.

(La semilla del viento, 1947).

viernes, 14 de enero de 2022

Carlos Rafael Giordano sobre la generación del 40 y Etchebehere

Carlos Rafael Giordano fue uno de los críticos acerbos de la llamada generación poética argentina del '40. En su texto Temas y direcciones fundamentales de la promoción del 40 (1963) ya le niega estatus de generación. La colección "Capítulo" -de las más extensas jamás realizadas- sobre historia de la literatura argentina, publicada por aquellos años, compendia sus ideas al respecto. Del "abandono de lo real", del "abstracto rescate del ser nacional", de la ahistoricidad de que acusa a la "promoción", Guillermo Etchebehere es uno de los tres poetas que se salva. Ubicándolo en una posible corriente "social y libertaria" de la que el resto estaría ausente. A pesar de que a la fecha del texto (1968) no conociera su último poemario La lumbre permanente publicado doce años antes. Texto completo:




Foto de Etchebehere dos páginas más abajo.

Descargar el fascículo N° 50 completo de la colección realizada por el Centro Editor de América Latina:


martes, 11 de enero de 2022

José González Carbalho sobre Etchebehere


 

José González Carbalho para Noticias Gráficas el 12/4/1950. Recorre su obra a partir del primer libro hasta llegar a La semilla del viento, el último aparecido al momento. El soneto publicado corresponde al poemario Jornada del hombre. Recorte del archivo del maestro Luis Iglesias.

SELECCIÓN DEL ARTÍCULO

“Honda, llana y honrada, la voz de este poeta arraiga en el lector por su ineludible y pura corriente humana, que habla con el lenguaje de las cosas y de los elementos, tal un pulso cálido en cuyo mínimo martilleo descubrimos la presencia del mundo. Decir que canta en lenguaje simple y cotidiano sería exacto en cuanto a la seducción directa de su lírica, pero infiel a su profundidad, a su proyección, a la medida imponente de su sencillez, que ha dado ya frutos de indudable categoría y que sugestiona en su solidez de promesa, como un terrón fértil de generoso porvenir. Su ascendencia cantábrica, su infancia campesina, juegan sin duda un papel importante en el desenvolvimiento de su poesía, en la que inscribe con letras solares la palabra claridad y se recibe de ella un soplo primario de noble y ruda existencia. Antes que en los libros, ha recogido la enseñanza del árbol, arraigado a la tierra e irguiéndose hacia la altura”.

“La lectura cronológica de sus libros depara la sorpresa de su soneto “Estética”, con que se abre JORNADA DEL HOMBRE. El tiempo transcurrido entre el volumen inicial y este cuadernillo, es enorme, si lo consideramos por la seguridad y la robustez de tono adquiridos. El poeta alcanza una conciencia clara de su destino, que transciende hacia su tercer libro, acelerando su plenitud. Ninguna artificiosidad literaria cabe en su posición y su arte sería el de simplificar las cosas y esclarecer la estrofa con el recuerdo bíblico que ninguna época desmiente. El hombre es siempre el mismo en relación con las estrellas. La continuidad, a través de los siglos, se advierte en los poemas de Etchebehere, que es, por otra parte, criatura de su tiempo en la búsqueda de la sobriedad, en el contacto con sus problemas. En su interior, el agua virgen sigue manando y diciendo su ecuménica palabra de supervivencia del espíritu, dictando los pensamientos que entroncan el hombre al transcurso de la naturaleza. Si Etchebehere vistiera su poesía de otro ropaje que fuera el de la dicción natural, ese vivo fluir quedaría desvirtuado y no llegaría a expresiones tan cabales en su emoción y justeza, como en el poema ‘Cosecha’, en que refiriéndose a los labradores, anota: En las limpias pupilas de los hombres del campo / la esperanza tenía el color de los panes”.

“La línea espiritual se halla definida y correspondía acrecentarla, como sucede con nuestro autor, tan íntimamente encadenado a la autenticidad de su lirismo,que logra salvarse del vértigo verbalista que enturbia otras jóvenes personalidades poéticas igualmente dotadas. Acaso, alguien le haya tildado de anacrónica su posición, sin advertir que, entre los poetas al margen de las veleidades del tiempo, es precisamente éste uno de los que no sufren el atractivo de circunstanciales corrientes y se seguirá leyendo con emoción idéntica a través de todas las transformaciones puramente literarias. Pues Etchebehere bebe, en la substancia de sus sentimientos, la razón exclusiva de su canto. Y lo demás se encuentra de asimilar los elementos valederos y devolverlos de vocablos que, por medio de la elevación, nunca desmienten lo esencial de esa savia. Si de obra todavía breve, tenemos en ella poemas –con frecuencia sonetos, sino enteramente canónicos, grávidos de materiales candentes- lo suficientemente logrados como para afirmar lo antedicho. (…) Se caracteriza, dentro de su edad formativa, por su visible compromiso con lo humano, que convierte en dirección de su credo lírico. Sin ello su voz de poeta perdería la raíz por medio de la cual se nutre. Y su vuelo se empeña en no distanciarse demasiado de la espiga y del labrador que contribuye a su presencia mágica en el aire, como las alas del pájaro que en el espacio los sembrados forman la aureola del esfuerzo y la obstinada paciencia creadora”.

José González Carbalho (1899-1958): Poeta nacido en Buenos Aires, hijo de emigrantes gallegos. Profesor y periodista. Publicó en poesía: “Campanas en la tarde” (1922), "Cantados" (1933, Premio Municipal), "El ángel harapiento" (1937), entre otros; en prosa “El libro de Angel Luis” (cuentos, 1926), “Vida, obra y muerte de Federico García Lorca” (1938) y otros; teatro: “Arrabal de Carriego", "Cornamusa”; ensayo: “Idioma y poesía gallega” (1953). Amigo personal de Federico García Lorca y Pablo Neruda, y otros tantos poetas de su generación. El chileno le dedicó un poema en su fundamental obra “Canto general” (1950).

Artículo de María González Rouco sobre Carbalho.